Reseña: Historias a Fernández

  • Título: Historias a Fernández
  • Autor: Ema Wolf
  • Ilustrador: Jorge Sanzol
  • Editorial: Sudamericana
  • ISBN: 9500719061
  • Tipo de texto: novela
  • Primera edición: 1994
 Contar es un esfuerzo, y el esfuerzo tiene relación con el tipo de historias que uno cuenta. Las historias quietas –por ejemplo dos personajes que conversan– no cansan tanto como las otras donde muchos personajes andan de aquí para allá y les ocurren cosas todo el tiempo. Cuando terminé, mi sensación era que había paleado toneladas de tierra buscando papas, caminado meses por Buenos Aires con dos valijas a cuestas, y viajado tres años en una fragata incómoda soportando tifones.

Fernández se cae del árbol de paltas, un enfermero diplomado lo cura y da a la dueña -una niña- una indicación vital: “que no lo dejara dormir durante las próximas tres horas para evitar el riesgo de una conmoción cerebral.» A fin de cumplir con la indicación médica, la niña le cuenta historias. Recurriendo a la improvisación y desplegando sus habilidades para contar, logra la atención de su receptor durante tres horas. En este tiempo narra tres relatos: “La gran Duquesa y la papa”, “Corazones confundidos” y “Aventuras en los mares del mundo o el fantástico animal australiano”.

Pero, ¿quién Fernández? Es el narratario felino. Narratario porque es el receptor de las historias contadas por la narradora niña. Y felino porque si bien el texto no dice explícitamente que se trata de un gato, hay indicios que permiten suponerlo; la incógnita se conserva también desde lo gráfico ya que en la ilustración de tapa Sanzol mantiene el misterio al presentar la imagen fragmentada pero se desvanece al unir tapa y contratapa.

El vínculo que se establece entre la joven narradora y su narratario felino puede compararse con la relación que entablan un autor adulto y un lector niño. A través de esta parodia, la obra explicita la mayoría de los trucos del oficio de escribir, así como también el esfuerzo y la dificultad que esta tarea conlleva. La búsqueda de una fuente de inspiración, el temor a la página en blanco, la necesidad de corregir y reescribir y la preocupación por mantener la atención del destinatario son algunas de las características que se despliegan.

Pero aquí no se trata solo de contar para ocupar el tiempo de modo placentero o atrapante porque la vida está en juego. Por eso, al igual que Scherezada, se trata de contar para no morir. Y en este punto también podemos pensar algunas conexiones con el escritor, el que escribe para sobrevivir, o sea, el que escribe como medio de subsistencia. Pero también el que escribe para vivir porque cree que si no escribe muere, entonces, el que escribe para no morir.

Tanto en las tres historias como en el relato macro se luce el delicioso humor de Ema Wolf. Esta novela recibió el 1er Premio Nacional de Literatura Infantil (Argentina, producción 1994-1997). Varios años después sigue siendo una de las mejores novelas para niños escritas en Argentina.

Es posible escuchar a la propia autora leer la introducción y la historia de “La gran Duquesa y la papa” en Páginas Sueltas.

La editorial recomienda su lectura a partir de 10 años.

4 comentarios

  1. […] Historias a Fernández de Ema Wolf. Ilustraciones de Jorge Sanzol. Buenos Aires, Sudamericana, 1994. A fin de cumplir con una indicación médica, una niña le cuenta historias a Fernández (un gato, a unque esto nunca es dicho sino solo sugerido). Recurriendo a la improvisación y desplegando sus habilidades para contar, logra la atención de su receptor durante tres horas, tiempo en el que narra tres relatos. El vínculo que se establece entre la joven narradora y su narratario felino puede compararse con la relación que entablan un autor adulto y un lector niño. […]

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